domingo, 12 de mayo de 2024

MODELO ECOLÓGICO DE BRONFENBRENNER

El modelo ecológico de Bronfenbrenner destaca la gran importancia que tiene el contexto social en el desarrollo de las conductas y la posibilidad de poder modificarlas. Este modelo es el adecuado para poder definir e identificar el proceso de cooperación entre la familia y el centro escolar. Por ello, Bronfenbrenner concibe el ambiente ecológico como una disposición de estructuras concéntricas, en la que cada una de ellas está contenida en la siguiente. Concretamente, podemos diferenciar en cuatro sistemas que afectarían de forma directa o indirecta sobre el desarrollo del niño.

Microsistema: Comprende al conjunto de actividades, roles, situaciones y relaciones interpersonales que el individuo en desarrollo es capaz de experimentar en el entorno determinado en el que participa.

Mesosistema: Corresponde al conjunto de dos o más entornos en los que la persona en desarrollo participa. (Las relaciones existentes entre el hogar, la escuela y los amigos)

Exosistema: Se refiere a los entornos donde el individuo en desarrollo no está incluido de forma directa (Trabajo de los padres) pero en los que se producen hechos que afectan a los que ocurre en el entorno del individuo.

- Macrosistema: Se refiere a los marcos culturales e ideológicos que pueden llegar a afectar al resto de sistemas.

De este modo, al analizar el desarrollo evolutivo del niño no podemos observar únicamente su comportamiento de forma aislada, sino que se debe contemplar en relación al ambiente en el que el niño se desarrolla y las relaciones entre el individuo y sus padres.

De acuerdo con el modelo ecológico de Bronfenbrenner podemos afirmar que el alumno no solo se desarrolla en el aula, sino que es el conjunto de los diferentes sistemas (contextos sociales) los que potencian el progreso de la personalidad del niño.

REFERENCIAS:
Fernández, F. P. (2004). El medio social como estructura psicológica: reflexiones del modelo ecológico de Bronfenbrenner. EduPsykhé: Revista de psicología y educación3, 161-177.


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